martes, 9 de junio de 2015

¿Realmente quiero ser licenciada?

El decidir entrar a una carrera en la cual se integra el arte y la enseñanza de éste, es saber que se asume cierto “riesgo” de elegir una de las dos opciones, de encariñarse con alguna y de dejar en el aire la posibilidad de la otra.
En el transcurso de mi proceso de formación, ha venido ocurriendo un descubrimiento personal sobre en qué lugar o en qué opción me siento mejor, en dónde encuentro un mayor gusto o placer y es aquí cuando aparece un montón de interrogantes acerca de lo que me gustaría ser o ejercer,  pues me he dado cuenta que no sé si quiera ser licenciada.
El ser licenciado implica un montón de cosas que están fuera de sí, es decir, hay que estar consciente del otro, de mi relación con él y que el trabajo que se desarrollará no sólo depende de mí sino también del otro, de cómo esa otra persona hace posible que mi trabajo se lleve a cabo, ya que estamos condicionados el uno con el otro, pero que también es de suma importancia la fluidez y un buen entendimiento  para que a la hora de llevar a cabo el trabajo, éste deje de ser trabajo y se convierta en una situación de mutuo aprendizaje y un espacio de enseñanza.
 Entonces es aquí (teniendo en cuenta lo anterior) cuando me pregunto si quisiera ser licenciada,  y ¿qué clase de licenciada me gustaría ser? bueno, a veces cuando me encuentro con algunos docentes me digo: “A mí me gustaría enseñar así”, pero también se convierte algo muy ocurrente y que muchas veces se quedan ahí, sin trascendencia pero ahora que realmente me estoy preguntando sobre si realmente sí me gustaría serlo y el qué clase de licenciada me gustaría ser, llego a un mundo muy utópico, ya que me imagino una clase perfecta con los alumnos perfectos en  un espacio muy ideal y así, entonces trayendo esa respuesta a este plano de la realidad solo la puedo responder desde una experiencia laborar en donde encontré métodos y una manera diferente de enseñar a la convencional, donde había aprovechamientos de herramientas para el desarrollo de las capacidades y en la cual el docente deja de ser la persona que tiene todo el saber y el conocimiento y  pasa a acompañar de manera cercana el proceso individual de cada estudiante.
En esta experiencia laboral tuve la oportunidad de conocer y aprender cómo llegar a enseñar a alguien, sin que se sintiera intimidado sino que ocurría todo lo contrario, el estudiante estaba consciente de que tenía una posición donde prevalecía el aprender bien, darle importancia a ese conocimiento que se le estaba brindando y que su posición era única y que el tiempo o la manera de aprenderlo sólo dependía de él y para esto el docente estaba ahí, para acompañarlo en el proceso, a que el estudiante realmente sí obtuviera el conocimiento sin importar la forma ni el tiempo que se tomara para aprenderlo. A parte tenía también todas las herramientas para que el estudiante no dependiera solo del conocimiento del docente sino que también tuviera la oportunidad de explorar y de investigar por sí solo y de diversas maneras, aquí especialmente hay un aprovechamiento de la tecnología y de todas las herramientas que ofrece, y esto me parece muy interesante ya que el docente puede tomar todas estas plataformas que ahora la tecnología crea y la internet permite, y la tiene abierta a todo el mundo para proponer ejercicios y actividades  que desarrollen el conocimiento y la interacción del mundo virtual con el real, y el buen uso de éstas pero que a la vez se vuelve en algo lúdico y más cercano a las personas y se deja de depender de un solo espacio donde se lleva a cabo el conocimiento y pasa a estar en cualquier lugar y momento.
Por otra parte las clases se hacían de manera grupal y así los estudiantes logran mayor atención al tema, pues tienen la oportunidad de escucharse entre sí y en todo momento hay intercambio de información y el estudiante puede expresar sus dudas, sus opiniones, sus experiencias y tal vez la aplicabilidad del conocimiento en un futuro.
Allí también se llevaba a cabo centros de interés, se abría talleres extra clases donde el estudiante podía ir a profundizar sobre los temas que más le llamaron la atención y aprender más en las áreas de mayor gusto.
Así que, a mí me gustaría ser una licenciada comprometida, no con responder por el trabajo sino por el conocimiento que estoy compartiendo al otro, aplicar estrategias donde el estudiante tenga la oportunidad de aprender divirtiéndose y de aprender de verdad, dependiendo del ritmo y de las diversas formas en que aprende, buscando diferentes medios para repartir y encontrar información y la enseñanza, pues me parece fundamental el aprovechamiento de los medios y las nuevas tecnologías que el mundo nos está ofreciendo y más en el área de las artes, ya que las artes ahora también está mediada por lo digital.
Considero que en el área de las artes cabe la posibilidad de encontrarlo todo, una interacción con otras áreas y una infinita exploración que no sólo depende de lo técnico o lo material sino también de la exploración sobre uno mismo, el ordenamiento de ideas y pensamientos, de volver real algo “utópico” y sobretodo fuera de contexto. También encuentro una multiplicidad de maneras de transmitir el conocimiento desde lo artístico, pues cabe dentro de todas las posibilidades el cuerpo, lo plástico, lo literario y musical, y más cuando se puede integrar con lo digital pues ofrece un mundo por el cual descubrir y proponer.
Entonces creo que sí llegara a ser licenciada propondría toda éstas clases de estrategias aprendidas y que por lo que pude ver, funcionan. Aplicaría la fusión de la tecnología con el arte, la investigación, la exploración de materiales con el desarrollo de la imaginación. 


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